¿Es realmente necesaria la exfoliación facial? Sin duda, tener una piel fina y sin imperfecciones es el sueño de todas nosotras. Hoy, desde nuestro centro de belleza, queremos darte las pautas y conocimientos que necesitas sobre este tratamiento facial.
¿Qué es la exfoliación?
Se trata de un paso más en nuestra higiene facial y también, una regeneración natural de las células.
Ocurre que la llamada capa basal de la epidermis produce células nuevas a cada instante, es decir, una piel renovada. Las células de piel muerta quedan depositadas junto a las impurezas sobre la capa más superficial de la piel. Los exfoliantes son productos cosméticos formados por pequeñas partículas (cristales, microgranulos) con activos calmantes e hidratantes que sirven para eliminar estos residuos. El exfoliante facial se trata del tipo de exfoliantes con mayor acogida entre los consumidores.
¿Dónde aplicar un exfoliante?
Pueden realizarse exfoliaciones en prácticamente todo el cuerpo, a excepción de la zona de alrededor de los ojos y las más íntimas. Como la piel del cuerpo es más resistente que la de la cara, existen distintos productos para cada una de ellas. ¿Cuál sería la diferencia? Principalmente, el tamaño y material de las partículas que se encuentran en nuestro exfoliante. Por tanto, un exfoliante facial tendrá siempre una composición totalmente distinta a otros tipos de exfoliantes.
Los exfoliantes corporales son de óxido de aluminio y, peculiarmente, tienen forma de estrella. Mientras que un exfoliante facial se caracteriza por estar compuesto de microgránulos y sus puntas son más redondeadas, para evitar dañar la piel.
¿Por qué emplear exfoliantes en tu rutina?
La exfoliación elimina la piel muerta y las impurezas de nuestro rostro y cuerpo, y proporciona así una piel suave, limpia, luminosa y tersa. Un exfoliante facial, por ejemplo, conseguirá desobstruir los puntos negros de los poros de tu cara.
Tengamos en cuenta que un aseo profundo de la piel previene el envejecimiento cutáneo, y nos proporciona una piel más permeable y porosa que potencia el efecto de otros cosméticos.
Además, un exfoliante facial es usado, principalmente, para mejorar el aspecto de la piel que está dañada por el sol –importante tras los meses de verano-, también para disminuir las arrugas, mejorar las cicatrices de acné, y atenuar o eliminar manchas porque acelera el proceso de ayuda a la renovación de nuestra piel.
Si hablamos de exfoliación corporal… hablamos también de un perfecto complemento de productos antiestrías o anticelulíticos. Porque… ¿sabías que ayuda a ganar una mayor absorción de estos?
¿Cuándo y cuánto emplear los exfoliantes?
Lo ideal es aplicar un exfoliante facial en el rostro cada 7 ó 10 días, al ser más sensible que la piel del cuerpo, que puede hacerse cada 3 ó 4 días.
No es recomendable excederse en el tiempo de exfoliación; tampoco en la frecuencia con la que se realiza, ya que lo último que queremos es hacernos daño en la piel.
Y tampoco es recomendable exfoliarse cuando se tiene la piel irritada, quemada o que haya sido expuesta muchas horas al sol, ya que estará especialmente sensible, y podríamos lastimarla. Por este motivo, lo ideal es comenzar a exfoliarse al final del verano.
Las personas que sufren de acné o que poseen manchas en la piel han de exfoliarse con la misma frecuencia, pero con un exfoliante más suave para que poco a poco, logren eliminar los granitos.
Como ves, la exfoliación facial es un tratamiento que debemos de hacernos con regularidad. No sólo por el aspecto estético, si no por la salud de nuestra piel.